Tendemos a juzgar cómo nos va en comparación con los que nos rodean, o en comparación con nuestro propio pasado reciente, no en comparación con puntos de referencia abstractos o generaciones anteriores.
Y muchos de los cambios positivos tienen que ver con la prevención. Nadie se da cuenta de las guerras que no ocurren, de los miembros de la familia que no fallecen a causa de una enfermedad, de los niños que no mueren en la infancia.
Cuando la batalla política se lleva a cabo en el territorio del conocimiento, no tiene nada de extraño que aparezca, además de las típicas disputas entre los expertos, un estrafalario rechazo al conocimiento en general, que adopta hoy formas muy diversas de escepticismo y credulidad, como la desinformación, el negacionismo o las teorías conspiratorias.
Hay un populismo antitecnológico, que sospecha de la ciencia y el desafecto frente a la representación, pero hay también un populismo epistémico que consiste en procesar una fe ciega en que la política puede ser disuelta en los datos, las cifras, las evidencias científicas y el saber experto.
…deseo de despojar a la política de lo político, es decir, de la gestión de intereses en conflicto, la toma de decisiones con un saber insuficiente y el esfuerzo por lograr compromisos sostenibles.
Francisco Jurado: «El 15M tenía tres patas: las asambleas, la parte más física; las manifestaciones, momentos puntuales catárquicos; y grupos temáticos cibernéticos, minoritarios (15M pa Rato, PAH, auditoría ciudadana de la deuda…) que fueron los que permitieron resistir el invierno cuando se hacía más duro asistir a las asambleas.»
Con alcaldías como las de Madrid y Barcelona, de la mano de Podemos y sus aliados, el activismo de la generación de la crisis de 2008 tocaba poder, con un PP asfixiado por los casos de corrupción y un PSOE en crisis de relevo generacional. En vez de celebrar la capacidad de integración del sistema, los sectores conservadores pusieron a Podemos en el punto de mira. Predomina, no solo en el PP, sino también en el espacio socialista una concepción muy estrecha de la democracia, como un sistema corporativo en el que dos partidos tendrían el monopolio del poder y a los demás les correspondería un papel estrictamente decorativo o subalterno.
De modo que la democracia no se valora por su capacidad inclusiva, sino todo lo contrario: por mantener a distancia a todo aquel que ose llamar a la puerta del bipolio del poder.
La coincidencia entre el décimo aniversario del 15-M y la salida de Iglesias de la política invita a hablar de final de etapa. El 15-M puso en evidencia el anquilosamiento del régimen del 78, los estragos de la crisis y abrió una agenda de renovación, pero la dificultad (agravada por la pandemia) de afrontar los retos que ellos mismos se habían marcado fue degradando su imagen.
Si la izquierda quiere sobrevivir al fin del ciclo abierto el 15-M ha de ser desde una cultura del cuidado y la atención, es decir, del trato a los ciudadanos como sujetos y no como súbditos, que es lo que distingue a la democracia del autoritarismo. Saber escuchar y pasar del adoctrinamiento al reconocimiento. Feminismo y ecologismo saben algo de ello.
In my opinion, “instant, public, global messaging and conversation” should, in fact, be global. Distributed between independent organizations and actors who can self-govern. A public utility, without incentives to exploit the conversations for profit. A public utility, to outsurvive all the burn-rate-limited throwaway social networks. This is what motivated me to create Mastodon.
Besides, Twitter is still approaching the issue from the wrong end. It’s fashionable to use machine learning for everything in Sillicon Valley, and so Twitter is going to be doing sentiment analysis and whatnot when in reality… You just need human moderators. Someone users can talk to, who can understand context. Unscalable for Twitter, where millions of people are huddled together under one rule, but natural for Mastodon, where servers are small and have their own admins.
En 2015 decenas de plataformas municipalistas se presentaban a las elecciones municipales y obtenían resultados realmente inesperados: ganaban los ayuntamientos las de grandes ciudades como Barcelona, Madrid o Zaragoza y también de muchas otras, además de conseguir concejales en la oposición en otros tantos casos. El municipalismo se situaba así en el centro de la política del Estado español mediante lo que se considera hoy el asalto institucional de las herederas del 15M.
Este libro analiza el ciclo municipalista 2015-2019 y lo hace a través de un horizonte común, la ciudad democrática, hacia el cual camina un proyecto que aprende haciendo. Las autoras sitúan y analizan la irrupción del municipalismo, analizan críticamente diferentes políticas públicas transformadoras e innovadoras implementadas por y en las “ciudades del cambio” en ámbitos como la tecnopolítica o los bienes comunes y también cuentan cómo las nuevas organizaciones y redes municipalistas han intentado, con mayor o menor éxito, cambiar las formas de hacer política para volverlas más feministas, horizontales y democráticas.
The first step towards a more fair, efficient world
Aragon is a project that aims to disintermediate the creation and maintenance of organizational structures by using blockchain technology. We want to empower people across the world to easily and securely manage their organizations. We provide the tools for anyone to become an entrepreneur and run their own organization, to take control of their own lives.
By making it possible for everyone in the world to organize, we are enabling a borderless, permissionless and more efficient creation of value.
IMAGINE A NATION WITHOUT LAND AND BORDERS
A digital jurisdiction
Aragon organizations can be upgraded seamlessly using our aragonOS architecture. They can solve disputes between two parties by using the decentralized court system, a digital jurisdiction that operates only online and utilizes your peers to resolve issues.
The Aragon Network Token, ANT, puts the power into the hands of the people participating in the operation of the Network. Every single aspect of the Network will be governed by those willing to make an effort for a better future.
Mudamos é um aplicativo que coleta assinaturas eletrônicas em projetos de lei de iniciativa popular, revolucionando a relação entre eleitores e seus representantes.