Airbnb «not found»: queremos saber lo que pasa en nuestras ciudades
Este artículo lo escribí en mayo de 2018 y se publicó originalmente en julio de 2018 en el blog Laaab del Gobierno de Aragón que reúne experiencias y teoría en torno a temas como la transparencia, el gobierno y los datos abiertos. El artículo forma parte de la serie Cartografiar los imposible, comisariada por Mauro Gil-Fournier.
¿Ha habido un aumento significativo de las viviendas de uso turístico en Donostia con la proliferación de plataformas digitales de alquileres turísticos como Airbnb? ¿Cómo está influyendo la proliferación de viviendas de uso turístico en el precio de los alquileres en esta ciudad? ¿Cómo está afectando este fenómeno a las distintas zonas? En definitiva, ¿Existe un “Efecto Airbnb” en Donostia? Ibai Zabaleta vive en el barrio de Egia, uno de los que más han cambiado de la ciudad en los últimos tres años, y donde se encuentra Tabakalera, antigua fábrica de tabaco reconvertida en centro de cultura contemporánea. Ibai es programador de contenidos en Hirikilabs, el laboratorio de cultura digital y tecnología de Tabakalera. Como vecino de Egia se hizo estas preguntas hace unos años al ver cómo su barrio y su ciudad cambiaban aceleradamente. Como programador de contenidos de Hirikilabs quería lanzar una nueva línea de experimentación y trabajo con datos y pensó montar un taller para aprender a analizar y visualizar datos, y por qué no analizar una cuestión actual como el de las viviendas turísticas en Donostia.
Cuando Ibai nos propuso dar un taller sobre análisis y visualización de datos sobre el Efecto Airbnb en abril de 2017, en Montera34 no conocíamos la situación más allá de las noticias que se podían leer en prensa. El Efecto Airbnb en datos en Donostia- San Sebastián fue el primer taller de la serie de talleres sobre el Efecto Airbnb y la turistificación en general que hemos coordinado desde entonces. En aquel primer taller aprendimos muchas cosas.
Black to de Future, el making-of
Estamos a principios de 2007. España va bien. La burbuja es una idea en boca de pesimistas agoreros. Todavía no existen conceptos como vieja política ni casta. Aún no se usa la palabra conseguidor, ni mamandurria. Bankia todavía se llama Caja Madrid. El año siguiente estalla la burbuja inmobiliaria pero no es hasta 2014 que se destapa el escándalo de las tarjetas black: más de 15 millones de euros gastados por 86 consejeros y ejecutivos de Caja Madrid usando tarjetas black. Volviendo a 2007, ¿en qué se estarían gastando los consejeros de Caja Madrid sus tarjetas black? ¿Qué comprarían entonces, cuando todavía no había estallado la burbuja? ¿Cómo sería la vida un día como hoy pero hace diez años de uno de estos señores?
El pasado diciembre en Montera34, Pablo y yo hemos desarrollado Black to de Future. Una sencilla web y un bot de twitter que relatan un día en la vida de los señores de las black a través de sus gastos: concretamente un día como hoy de hace diez años.
En este post voy a contar el making-of técnico del proyecto. Pablo ha escrito otro post en el que relata cómo ha evolucionado este experimento de small data, como él lo llama, y cómo surgió.
Diseño colaborativo: abriendo el proceso de diseño
El título de esta entrada es también el de un artículo que escribí por encargo de mi amigo Carlos Jiménez para el número 12 de la revista MasD, de la que es editor.
El artículo, Diseño colaborativo: abriendo el proceso de diseño, explica lo que desde nuestra práctica entendemos como proceso de diseño colaborativo, algunas nociones de cómo llevarlo a cabo y qué ventajas puede tener sobre modelos más tradicionales. El artículo es una destilación de lo que hemos aprendido investigando y experimentando en el estudio de diseño y desarrollo web montera34, desde que lo pusimos en marcha allá por 2004, Juan López-Aranguren, Ruben Lorenzo, Pablo Rey y yo.
Resumen: Frente a las formas tradicionales de organizar el proceso de diseño se pueden plantear nuevos esquemas más flexibles que desdibujan la separación entre cliente y diseñador. Los procesos de trabajo colaborativo facilitan la comunicación entre las distintas partes implicadas a cambio de debilitar las barreras de conocimiento de los distintos expertos, incluidos los diseñadores. Por otra parte, las nuevas tecnologías, al tiempo que facilitan la comunicación y el intercambio de conocimiento, también permiten al diseñador acceder a un amplio catálogo de soluciones disponibles, modificando por completo el entorno en el que desarrolla su trabajo y relativizando la importancia de la originalidad en el proceso de diseño. En este nuevo paradigma, la gestión del conocimiento creado colectivamente (procomún) y la comunicación con el cliente pasan a ser habilidades imprescindibles para llevar a buen fin cualquier proceso de diseño.