Uno de los efectos del Estado-providencia [Estado de bienestar] (en la medida en que aumenta la seguridad de sus súbditos al hacerse cargo de cubrir sus riesgos mediante un cálculo de previsibilidad razonable) es que, inevitablemente, aumenta el riesgo: al hacerse la vida más segura, aumentan las espectativas de seguridad de la población, y por tanto hace aparecer como riesgos factores que antes de esa situación no se consideraban peligrosos; cuanto más se extiende el providencialismo del Estado, más ha de extenderse la gendarmería. La propia lógica en escalada de esta institucionalización engendra, pues, su crisis: cuanto más perfecta es la providencia de los riesgos, más riegos aparecen, y más policia se necesita, hasta que se haga evidente la imposibilidad de una providencia infinita o, lo que es lo mismo, de una policía infinitamente eficaz.
José Luis Pardo: «Zona de sombra. Notas para una genealogía del concepto de riesgo» en Escuela Contemporánea de Humanidades (2003) Ciudades posibles, Ediciones Lengua de Trapo, Madrid.