Desde la versión 12.10, Ubuntu incluye una aplicación llamada Dash que permite buscar en los archivos del sistema. Dash completa las búsquedas locales con resultados que obtiene de internet, así que tiene que enviar las búsquedas de los usuarios a una serie de servidores de terceros, Amazon por ejemplo. La Electronic Frontier Foundation (EFF) ya criticó en octubre de 2012 que los criterios para compartir información de los usuarios con terceros no eran todo lo transparentes que deberían y que esta opción no debería estar activa por omisión, además de advertir que la búsqueda remota de Dash constituye un agujero de seguridad para el sistema.
Hace unas semanas, Micah Lee, parte de la EFF lanzó el sitio fixubuntu, en el que volvía a advertir sobre este comportamiento de las últimas versiones de Ubuntu. Además publicó un script que desactiva la búsqueda remota para recuperar la privacidad en el sistema.
Personalmente no encuentro mucha utilidad en la búsqueda remota de Ubuntu: cuando buscas en tus archivos no quieres buscar en la base de datos de Amazon y viceversa. Pero sobre todo, estoy de acuerdo con la EFF y con Micah Lee en que es una decisión bastante sucia por parte de Ubuntu la de enviar datos personales a terceros, a menos que el usuario deshabilite la opción. Sería respetuoso con el usuario que fuera justamente al revés.
Son sin duda más graves las acciones de Canonical, la empresa detrás del desarrollo de Ubuntu, tras la aparición de fixubuntu.
Canonical envió una carta a Micah Lee para que diera de baja fixubuntu, arguyendo que el sitio viola la propiedad intelectual de Ubuntu, por uso indebido de su logotipo y de la marca registrada «ubuntu» en el nombre de dominio.
Es grave porque es mentira, como explica el propio Micah y el equipo de abogados de la EFF: Canonical ha querido utilizar la ley de propiedad intelectual para acallar la crítica. En The Wired escriben que este comportamiento va en contra de la ética open source, incluso para los bajos estándares de ética de una gran empresa.
Para mí lo peor de todo es la discusión paralela que ha generado Canonical para que no se hable de la privacidad de Ubuntu, centro de la acción de Micah, sino de su política de propiedad intelectual.
Una entrada publicada en el blog de Canonical admite, a regañadientes, que «quizás» la respuesta a fixubuntu ha sido inadecuada, y concluye que como el logo de Ubuntu ha sido retirado de la web de Fixubuntu, dan el asunto por resuelto. Por su parte, Mark Shuttleworth pide disculpas por la desproporción de la respuesta, a través de su cuenta en Google Plus.
Nadie desde Canonical ha dicho nada sobre la política de Ubuntu para compartir datos de los usuarios con otras empresas.