David Bravo, abogado defensor de Pablo Soto, escribe un artículo en El Diario en el que cuenta el milagro que ha sido ganar un juicio a las principales discográficas mundiales:
El toque de atención que me dejó claro que ellos jugaban en otra liga fue cuando el mismo día del juicio, EEUU aprovechó para meter presión a España diciendo que éramos el país más pirata, obviamente para crear un clima favorable a la estimación de la demanda contra Pablo. Los medios de comunicación, expertos en fingir que han picado ingenuamente un anzuelo, hicieron la relación que se demandaba de ellos y en la misma noticia en la que hablaban de la queja de EEUU hablaban también de que, precisamente, y fíjense qué casualidad, ese mismo día se juzgaba en España a un importante pirata.
Nos hemos encontrado entre las toneladas de folios con un escrito presentado por la demandante, entiendo que por error, donde tras cada pregunta a sus peritos aparecían entre paréntesis las respuestas que debían dar. Nos hemos asustado al ver que el juez que iba a resolver el recurso impartía clases en un master coordinado por el abogado contrario y en el que alguna de las cuatro discográficas demandantes era empresa colaboradora. Hemos visto cómo periódicos como El País aprovecharon la condena a The Pirate Bay para decir justo el día que empezaba el juicio a Pablo que su caso era el The Pirate Bay español.
Ahora que todo ha terminado, David Bravo.