Despite their sudden visibility due to the burgeoning of the digital humanities, media labs have a surprisingly long history. As part of the historical avant-gardes, media arts labs were the sites where the new materials and aesthetics of technical modernity were developed. They often share a common ideology, tied not just to the neoliberal drive to privatize, innovate and disrupt, but to long-standing modernist ideas about creative destruction, quantification and the value of scientificity. The Lab Book will thoroughly document and explicate this significant cultural force.
Ce n’est pas tous les jours que l’on voit un nouveau fablab pousser dans le département de l’Ariège. Or il en existe un peu partout, c’est une certitude. Cependant, celui-ci permet d’apporter encore plus de dynamisme au sein de ce village du Haut-Couserans. Oust se retrouve ainsi propulsé à la pointe de l’innovation 3D. Ce qui est un plus indéniable pour ce territoire de moyenne montagne situé au cœur du Parc Naturel Régional des Pyrénées Ariégeoises.
A priori, on pourrait croire que les impressions 3D sont abstraites. Mais en réalité, elles aident un bon nombre de d’entrepreneurs, artisans et artistes. Plusieurs projets sont menés par le fablab d’Oust, et d’autres prendront assurément corps.
…el modelo productivo actual es insostenible. Nueve de cada diez productos consumidos en Occidente llegan por barco, utilizando energías no renovables, contaminando los mares y causando un deterioro significante en la flora y fauna. Tras disfrutar de ellos, los desechamos localmente. ¿Es este el único modelo posible?
Las herramientas digitales de producción, así como el acceso a información sobre cómo se hacen las cosas, son accesibles a cada vez a más gente. Es de esperar que, con el tiempo, las personas empiecen a diseñar sus propios productos y los creen localmente en sus fábricas de barrio…
La fabricación digital busca cambiar el paradigma de producción actual competitivo y extractivo por uno colaborativo y local. En el caso de los Fab Labs, esto es posible gracias a la creación de repositorios online de datos para la fabricación que se convierten en un inventario común de diseños y que pueden ser utilizados por los diferentes Fab Labs del mundo.
A diferencia del software, donde abundan las licencias creative commons, en el hardware (es decir, en los objetos físicos) las licencias que estimulan la contribución de los diseños no son habituales. Cuando alguien sube el diseño de un objeto, por ejemplo una silla, es difícil controlar que no sea una copia o que vulnere el reconocimiento de la autoría original. La tecnología blockchain podría usarse para definir cómo puede ser utilizado un diseño, bajo qué condiciones y qué tipo de licencias de contribución se pueden crear.