Un demonio en Linux, y de manera general en cualquier sistema tipo UNIX, es un proceso que se ejecuta en segundo plano y es autónomo, de manera que no necesita interacción por parte de un usuario del sistema para arrancar y funcionar.
Los demonios son útiles para hacer funcionar programas independientes de una sesión de usuario, procesos que se inicien de manera automática cuando el sistema arranca, servicios que permanecen a la escucha para ejecutar su tarea cuando son llamados.