Autonomía digital y tecnológica

Código e ideas para una internet distribuida

Linkoteca. colonización tecnológica


Además de las noticias que relacionan el 5G con el covid-19 y otras ideas conspiranoicas, aún no está claro que este tipo de tecnología tenga afectaciones a la salud, ya que hay controversia en los estudios y no se ponen de acuerdo. Lo que sí es seguro es que el 5G significa más fabricación de dispositivos, antenas, cables, servidores y aparatos de todo tipo, que se construyen con minerales, que se extraen de minas, que afectan gravemente a la tierra y el territorio. También llevará aparejada mucha obsolescencia y renovación de equipos, y por tanto, mayores cantidades de residuos tecnológicos, que irán a parar a vertederos, ríos, costas, que también afectarán gravemente a la tierra y el territorio. Es decir, a muchas personas.

Y estar a la última en tecnología para acceder a estas redes ¿significará trabajar más para consumir más tecnología? ¿En qué condiciones laborales? Pues con el 5G también se prevé más automatización en puestos de la industria y los servicios. Suena a más precariedad, deslocalización, desempleo. ¿O vendría acompañado de dignificación de otros puestos de trabajo y rentas básicas?

Pero también con consecuencias geopolíticas, como hemos estado viendo con la pugna entre Estados Unidos y China. ¿Dentro de unos años habrá varios Internet, según los bloques geopolíticos? Todo apunta a ello.

No abrimos el procesador de texto, sino “word”. No pedimos que nos manden una hoja de cálculo sino un “excel”. Ya no buscamos en Internet, sólo “googleamos”. Y cuando modificamos una foto estamos “phothosopeando”.

Las palabras son fundamentales a la hora de construir la realidad. Comenzar a nombrar las cosas adecuadamente es el principio para concebirlas de forma distinta. Algo que parece obvio en temas de género donde asumimos la necesidad de utilizar un lenguaje inclusivo para visibilizara a las doctoras y juezas, nos cuesta aún en los temas tecnológicos.

Con la eficiente estrategia de “regalar” licencias educativas los sistemas privativos se fueron enquistando en las computadoras de colegios y universidades. Los alumnos y alumnas consumen esa primera dosis de software privativo y quedan enganchados para siempre.

Aún hay quienes opinan que instalar software ilegal (“pirata”) en sus computadoras es una forma de resistencia contra el monopolio privativo del software. Pero de seguro nunca incentivarían la siembra de semillas transgénicas aunque no hubieran tenido que pagar por ellas.