Autonomía digital y tecnológica

Código e ideas para una internet distribuida

Linkoteca. 5G


La industria de la telefonía móvil está en las puertas de una nueva revolución, solo que es una que tiene poco o nada que ver con incrementar el acceso o la asequibilidad. De hecho, ni siquiera está claro cuándo el 5G empezará a funcionar en alguna escala. Según la propia estimación de la GSMA: “La adopción global del 5G será solo de alrededor de un 16% en 2025”.

Un problema fundamental es que el 5G no está centrado en los humanos. La comunicación entre los seres humanos es solo una pequeña parte del paquete, como también lo es el acceso a la información y el diálogo entre pares. Como enfatizaba mi texto previo, hay un enfoque importante en facilitar las comunicaciones de máquina a máquina (“Internet de las Cosas o IoT”) y en convertir al 5G en una plataforma de distribución mediática para televisión HD, gaming, realidad virtual y otros. Cuando la gente ya no es el foco intrínseco del sistema de comunicación, entonces algo fundamental ha cambiado en la naturaleza y el propósito de la red.

La tecnología 5G es increíblemente cara de desplegar, incluso en condiciones urbanas óptimas. Las estaciones base son caras y se necesita muchas de ellas, y además requieren una costosa infraestructura de soporte para operar, como cableado de fibra óptica de alta capacidad. Esto tiene sentido si quieres crear una red muy densa que pueda movilizar muchos datos a mucha gente en un área pequeña. Esto no tiene sentido para áreas rurales, donde generalmente tienes que cubrir pocas personas en un área grande. Como sabemos de nuestra situación actual, a las redes móviles se les dificulta< operar de forma sustentable en ambientes rurales donde las densidades de población y el ingreso disponible de la gente son menores. Es por esto que los operadores tienden a evitar construir cualquier cosa en este tipo de lugares. Si los grandes operadores deciden no construir en nuevos lugares, el hecho de que sus licencias de espectro sean nacionales, significa que otros no podrán construir redes. Adicionalmente, el 5G en la mayoría de los casos, requiere que los operadores acceden a nuevas bandas espectrales, lo que no es barato. Los operadores de tecnología móvil están invirtiendo grandes sumas de dinero para acceder a espectro de ondas milimétricas para 5G, cuyo uso no es factible en áreas rurales, ya que estas frecuencias muy altas no son adecuadas para cubrir grandes áreas.

Además de las noticias que relacionan el 5G con el covid-19 y otras ideas conspiranoicas, aún no está claro que este tipo de tecnología tenga afectaciones a la salud, ya que hay controversia en los estudios y no se ponen de acuerdo. Lo que sí es seguro es que el 5G significa más fabricación de dispositivos, antenas, cables, servidores y aparatos de todo tipo, que se construyen con minerales, que se extraen de minas, que afectan gravemente a la tierra y el territorio. También llevará aparejada mucha obsolescencia y renovación de equipos, y por tanto, mayores cantidades de residuos tecnológicos, que irán a parar a vertederos, ríos, costas, que también afectarán gravemente a la tierra y el territorio. Es decir, a muchas personas.

Y estar a la última en tecnología para acceder a estas redes ¿significará trabajar más para consumir más tecnología? ¿En qué condiciones laborales? Pues con el 5G también se prevé más automatización en puestos de la industria y los servicios. Suena a más precariedad, deslocalización, desempleo. ¿O vendría acompañado de dignificación de otros puestos de trabajo y rentas básicas?

Pero también con consecuencias geopolíticas, como hemos estado viendo con la pugna entre Estados Unidos y China. ¿Dentro de unos años habrá varios Internet, según los bloques geopolíticos? Todo apunta a ello.

Aunque no hay un consenso general, hasta ahora no existe evidencia suficiente que demuestre algún daño inmediato en la salud provocado por las redes 5G. Como aún persisten dudas, la investigación seria y el debate continúan.

Sin embargo, el 5G no está ligado a la propagación de la pandemia. Esta acusación está perjudicando a las críticas centradas en los impactos políticos y sociales de esta nueva tecnología.