Autonomía digital y tecnológica

Código e ideas para una internet distribuida

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No abrimos el procesador de texto, sino “word”. No pedimos que nos manden una hoja de cálculo sino un “excel”. Ya no buscamos en Internet, sólo “googleamos”. Y cuando modificamos una foto estamos “phothosopeando”.

Las palabras son fundamentales a la hora de construir la realidad. Comenzar a nombrar las cosas adecuadamente es el principio para concebirlas de forma distinta. Algo que parece obvio en temas de género donde asumimos la necesidad de utilizar un lenguaje inclusivo para visibilizara a las doctoras y juezas, nos cuesta aún en los temas tecnológicos.

Con la eficiente estrategia de “regalar” licencias educativas los sistemas privativos se fueron enquistando en las computadoras de colegios y universidades. Los alumnos y alumnas consumen esa primera dosis de software privativo y quedan enganchados para siempre.

Aún hay quienes opinan que instalar software ilegal (“pirata”) en sus computadoras es una forma de resistencia contra el monopolio privativo del software. Pero de seguro nunca incentivarían la siembra de semillas transgénicas aunque no hubieran tenido que pagar por ellas.

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