Aunque no hay un consenso general, hasta ahora no existe evidencia suficiente que demuestre algún daño inmediato en la salud provocado por las redes 5G. Como aún persisten dudas, la investigación seria y el debate continúan.
Sin embargo, el 5G no está ligado a la propagación de la pandemia. Esta acusación está perjudicando a las críticas centradas en los impactos políticos y sociales de esta nueva tecnología.