…tengo amigos y colegas de curro que beben, y mucho, y no tienen un problema, o sí, pero es cosa suya. El quid está no en el cuánto, sino en el por qué bebes. Para mí beber nunca fue divertido…
Somos personas que desde hace muchos años tenemos la necesidad de consumir alcohol para vivir, pero que ese consumo no nos impide funcionar. Yo nunca le he fallado a nadie, nunca he dejado de cumplir en el trabajo, ni con mi responsabilidad de padre, pero nunca estaba en ningún sitio al 100%, sino pensando en cuándo y cómo saciar a la bestia. Tengo una especie de superpoder que es beber mucho sin que nadie se dé cuenta. Eso es doblemente peligroso, porque el clic para dejar de beber o lo haces tú o nadie se va a percatar de ello.
nadie pone en su cuarto un póster de un tío que llega a los 99 años sobrio y responsable, sino uno de de Jim Morrison, Janis Joplin o Amy Winehouse, que estaban en la mierda, pero hacían cosas increíbles. Entonces, sí, yo podía pensar: “Soy un maldito, soy lumpen”, pero cero divertido.