Las tecnologías de la Covid-19 marcarán nuestro mañana
Al igual que las vacunas que se están desarrollando requieren de un tiempo de precaución para probar su fiabilidad, las tecnologías también lo necesitan para garantizar que no producirán daños sociales y brechas inasumibles en estados democráticos, así como para que no lleguen a generar precedentes peligrosos para nuestros derechos.
en primer lugar, que sean temporales. Es decir, que cuando termine el estado de alarma, dejen de funcionar. En segundo lugar, que se sepa cuáles son los propósitos y que se cumplan, lo que implica no seguir añadiendo capas con nuevas funcionalidades en cada actualización que extiendan los propósitos iniciales. Y por último, que se conozca quiénes tienen acceso a los datos que se recopilan y que no se permita el acceso a ellos a nadie más.
Estas empresas han optado por la opción descentralizada, algo que sin duda beneficia a la privacidad, pero por contra, merma el poder de decisión de los gobiernos y poderes públicos.
La actual situación nos debe servir para reflexionar acerca de la tecnología que queremos, donde la ciudadanía, informada, tome decisiones sobre qué aplicaciones o datos da y a qué actores del ecosistema digital. Los sistemas de cajas negras no deberían ser aceptables en tiempos de pandemia, pero tampoco en ningún otro momento.
Las tecnologías no son ni buenas ni malas ni neutrales, y en muchos casos depende del uso que se les dé o se les permita.