Autonomía digital y tecnológica

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Hay otros espejos en los que mirarnos, como Corea o Alemania, en los que hay tres claves perfectamente democráticas que acompañan la gestión de la pandemia: mascarillas para todos, información contrastada y tests, muchos tests. Las tecnologías de vigilancia masiva no pueden ser el atajo que sustituya las responsabilidades de un gobierno democrático, que es cuidar a sus ciudadanos antes de castigarlos. No dejemos que esta crisis se convierta en la versión médica del Huracán Katrina, como ha sugerido el sociólogo Mike Davis. No dejemos que la vigilancia masiva se instale en la administración. No seamos víctimas del Capitalismo Desastre que tan oportunamente describe Naomi Klein en Capitalismo Desastre y La Doctrina del Shock. Incluso si las cifras de China son ciertas y su sistema de control ciudadano funciona, una vez se haya instalado en nuestras vidas como herramienta de gobierno, no tenemos anticuerpos para repeler sus efectos secundarios.

Rechacemos la vigilancia y el castigo en favor de la empatía, el diálogo y la solidaridad.

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