Futuridades anticoloniales y otros delirios
Al día siguiente, la ciudad amanece en llamas con las iglesias grafiteadas: “Lxs negrxs tenemos todo el derecho de incendiar un país que construímos gratis”, citando un tweet de @solomongeorgio quien hablaba sobre la protestas por el asesinato de George Floyd en 2020. Al igual que ese cuadro del Prado, este país ha sido construido por cuerpos negros e indígenas que garantizaron el Estado de bienestar de la blanquitud española. “We don’t choose this future”.
Fantasear no significa olvidar, significa reelaborar las narrativas del dolor. Retornar lo arrancado. Devolver lo robado. España es especialista en devoluciones en caliente, estrategia política del sistema de control migratorio que implica la expulsión y devolución de personas migrantes en el instante en el que atraviesan la frontera del Estado. España devuelve a los cuerpos “que no pertenecen” a este territorio, pero aún no devuelve todo lo que no pertenece a este territorio.
El tiempo postpandémico no existe para nosotrxs porque hemos vivido desde hace siglos en este mundo pandémico antinegro, antiindígena y antitrans. Nosotrxs sabemos que “there are black people in the future” (Alisha B. Wormsley) porque “el amor y la libertad negra residen más allá del cuerpo” (Walidah Imarisha: Rewriting the Future: Using Science Fiction to Re-Envision Justice, 2015). No hay espacio o tiempo que nos contenga, no hay Museo que nos encarcele porque siempre nos fugaremos.