Autonomía digital y tecnológica

Código e ideas para una internet distribuida

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Se trata de la residencia digital (o e-residency, en inglés), con la que cualquier persona puede hacerse residente de este pequeño país de 1,3 millones de habitantes sin necesidad de vivir allí.

La residencia digital no aporta la ciudadanía ni exime de la necesidad de la visa. El objetivo es que los nuevos residentes contribuyan a la economía del país utilizando sus bancos y abriendo empresas.

La residencia digital, en cambio, permite a los emprendedores abrir su negocio sin necesidad de contar con un director local en el país, así como acceder a los servicios bancarios y de pagos online, declarar los impuestos a través de internet o firmar documentos sin poner pie en Estonia.

La iniciativa se lanzó en 2014 y ya hay más de 20.000 residentes digitales. En total, manejan unas 3.000 empresas, según datos oficiales.

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