Autonomía digital y tecnológica

Código e ideas para una internet distribuida

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Intenta que tus intervenciones sean breves. Los e-mails largos dan la impresión de que eres la autoridad y envían una señal de que te apropias del tema. También generan largas cadenas de e-mails que hacen aún más difícil que otras puedan ponerse al día.

Si ya has intervenido no vuelves a hacerlo a menos que simplemente estés aclarado tu propia opinión, hasta que otras hayan tenido una oportunidad de intervenir.

Ten en cuenta el género. Es un hecho muy triste que tanto hombres como mujeres (incluso feministas) perciban las voces masculinas como más autorizadas que las de las mujeres.

Date cuenta de cómo la comunicación reproduce relaciones de poder en el grupo.

Recuerda que tener más experiencia (o pensar que la tienes) no te confiere automáticamente más autoridad.

En el e-mail la gente que “llega tarde a la fiesta” a menudo siente que el consenso ya ha sido alcanzado o que se han perdido la parte de la discusión en la que podían realizar intervenciones útiles.

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