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Linkoteca. ruta del bakalao


Vicente Pizcueta es filósofo de formación, pero en los últimos años se ha dedicado a ejercer de portavoz de distintas agrupaciones empresariales. En 2007, como el de la Federación de Empresarios Hosteleros de Valencia en una entrevista en El País, solicitaba que la «administración se comprometa con inversión pública» dado que el turismo genera un porcentaje importante del PIB. En 2016, como director de comunicación de Noche Madrid en una entrevista en este diario, denunciaba que desde la tragedia del Madrid Arena se señala a los empresarios como responsables de los problemas de seguridad. En mayo, como coordinador de la Unión Empresarial por la Promoción Turística en Madrid, explicaba que la capital esperaba 70.000 hinchas ingleses que pagarían entre 500 y 1.000 euros por noche en la final de la Champions League.

Mientras ‘la movida’ saturaba programas de televisión, radios públicas y portadas de revistas, un fenómeno como ‘la ruta’ era visto como problema de orden público al que Rafael Vera, secretario de Estado socialista, prometió poner fin. Tras años de lenta y tímida rehabilitación, esta semana se ha anunciado que Atresmedia financiará la Ruta, una serie de televisión sobre el fenómeno realizada por Caballito Films, la productora de Rodrigo Sorogoyen, director de las alabadas El reino (2018) y Antidisturbios (2020). Las tensiones culturales que desató el ‘bakalao’ pueden palparse en el legendario reportaje Hasta que el cuerpo aguante (1993), emitido por Canal +, uno de los pocos testimonios en caliente del periodo.

Una «microutopía del placer», dijeron de ella. O también, una «revolución contra la nada, nacida de la nada y abocada a la nada». Son palabras de Joan Oleaque, autor de En èxtasi, uno de los pocos ensayos que hay sobre esos años. Algo pasó en aquellos 40 km de la CV-500 en los que más de 50.000 jóvenes a principios de los ochenta se reunían dispuestos a conquistar la noche y de paso su libertad, por los rincones de las salas de las discotecas que conformaron la Ruta del Bakalao. 

 «Una de las cosas que más molesta de la Ruta era que los que se divertían fueran de clase trabajadora«, lanza el periodista Víctor Lenore.  Muchos sitúan el principio del fin en 1993, fecha en la que la DGT empieza a publicar escalofriantes cifras de muertes en accidentes de tráfico en la zona. La campaña mediática para desprestigiarla estaba en marcha. Las redadas policiales se sucedían. Y un jovencísimo Carles Francino ponía voz a un documental, Hasta que el cuerpo aguante, con el que los padres de los hijos de la transición se escandalizaron.