Autonomía digital y tecnológica

Código e ideas para una internet distribuida

Linkoteca. Ángel Gordo


«La economía colaborativa (sharing economy) es un conjunto heterogéneo y rápidamente cambiante de modos de producción y consumo por el que los agentes comparten de forma innovadora activos, bienes o servicios infrautili-zados, a cambio o no de un valor monetario, valiéndose para ello de plataformas sociales digitales y, en particular, de internet»

Estas definiciones generales acogen una amplia gama de prácticas, por lo que coexisten con otras propuestas terminológicas que tratan de representar aspectos más específicos de algunos de estos modelos de negocio. Por ejemplo, peer economy o P2P economy enfatiza que las transacciones se producen entre particulares; «economía de acceso» se refiere a los modelos económicos basa-dos en el alquiler y el uso compartido; y «economía a demanda» (gig economy) define a las plataformas que canalizan el encargo de microtareas.

En esta misma línea, el informe de NESTA, Making sense of the Collabora-tive Economy (Stokes et al. 2014) colabora en la construcción teórica del concepto, profundizando en el estudio de los diferentes modelos y sistemas que consideran parte del mismo. El informe alude a la economía colaborativa como «una nueva forma de pensar acerca de los negocios, el intercambio, el valor y la comunidad» (2014: 7), de modo que reconocen implícitamente su carácter de «constructo teórico». Quizás por ello su definición del paradigma se estructura en base a una serie de condiciones: 1) implica el uso de internet, 2) conecta redes distribuidas de personas o recursos, 3) aprovecha recursos infrautilizados, 4) promueve interacciones significativas basadas en la confianza, 5) promueve la apertura, la inclusión y los comunes.